Mobbing laboral o Acoso Psicológico en el trabajo (Capitulo I)
El caso de Eva.
Eva, de treinta años, tiene problemas en el trabajo. Cada vez se encuentra más cansada, desconcertada, confundida, desanimada y hundida. No entiende lo que le pasa, pero siente que tiene que encontrar una solución y la situación se convierte en una prioridad en su vida.
Es una chica inteligente, guapa, muy querida y respetada tanto en su círculo de amistades como en sus relaciones laborales y familiares. Pertenece a una familia tradicional, donde el respeto hacia los demás ha sido un valor primordial, por lo que no puede entender qué es lo que está pasando. A veces observa que el trato que recibe es hostil y, en algún momento, degradante; pero a menudo ella misma lo justifica.
Eva trabaja cara al público y, un día, cuando se encuentra a solas con un cliente, éste le comenta que no debería permitir que su jefe la trate como lo hace, que debería ponerle límites. Ese día, cuando vuelve a casa, no puede dejar de pensar en lo que le han dicho. Se da cuenta que está inmersa en una situación que ya no puede soportar más, que se está desgastando física y psicológicamente. Ve que está dando lo mejor de ella, y esto no es suficiente para cambiar la situación. Cada vez se siente más nerviosa y, a veces, le cuesta contener las lágrimas; los clientes lo empiezan a notar y se lo hacen saber.
Todo comenzó con pequeñas descalificaciones, muy sutiles: una mirada, un gesto, una mala contestación que ella siempre justificaba, aunque viera que la actitud de su jefe era inflexible y bastante tiránica. Su respuesta ha sido poner aún más de su parte esperando una reacción positiva a su esfuerzo. Paulatinamente, ha ido aumentando su jornada laboral, pero este hecho nunca es ni valorado ni recompensado de ninguna manera. No recibe ni una palabra de reconocimiento, o de agradecimiento, ni gratificación económica alguna.
Sin darse cuenta, ya no tiene tiempo para sus amigos, familia y ocio. Se siente responsable de lo que está pasando y piensa que tiene que encontrar una solución. Eva duda de si misma, cada vez se le exige más y va entrando en una espiral estresante cada vez mayor. Conforme aumentan las descalificaciones, mengua su autoestima y valor. Eva no es consciente de ello pero vive una situación de acoso.
En próximos artículos, seguiremos hablando de Eva y veremos cómo se puede detectar este tipo de situación y cómo actuar ante ella.
Capítulo II – ¿Cómo detectar una situación de mobbing laboral?
Capítulo III - ¿Cómo reconocer la personalidad narcisista?
Capítulo IV - Soluciones al acoso o lo que Eva debe hacer
Mercedes Ullod Marcos
Psicóloga y Coaching
Centro de Psicología Mercedes Ullod